lunes, 19 de mayo de 2014

1 día más

Mil veces me gritaré que es mentira
mil veces... con los brazos abiertos.
y las ganas a toda vela,
la ilusión de luna llena /¡¡cómo se tambalea!!/



"Estoy tocado y voy a liarla otra vez."

martes, 18 de febrero de 2014

M

Me minimizo tanto que ya no me oyes cuando te miro.
Estás tan lejos, que aunque digas estar aquí no me rozas.
Las taquicardias no me tocan,
ni me tropiezo con las casualidades.

Y yo no sé si  sentarme a vivir en el campo
o elegir camino.

 

sábado, 18 de enero de 2014

Esto hay, a pecho abierto.

"Tumbarme a pecho suelto,
en el bordillo de otra calle que no sea la tuya.

Tengo miedo de romper a llorar
por si me pierdo en la coraza del filón de un sueño.

Se quebró la juventud en un instante
y no nos dimos ni cuenta
YO CORRIENDO HACIA ADELANTE
BUSCANDO NUEVAS TORMENTAS.

Tumbarme a pecho suelto,
en el bordillo de otra calle que no era la tuya ya.

Tengo ganas de romper a volar
por el escote silencioso de un aroma nuevo."

http://www.youtube.com/watch?v=IvQ2KxsgR1c

Lo que echo de menos no sé si lo conocí, pero ya no lo reconzco.
El peor sentimiento del mundo: la impotencia.

Me revuelve el alma como nadie este hombre.
Unas canciones me dan superpoderes.
Otras me pinchan hasta desangrarme.

Me pondré una cremallera en el pecho.
¡Qué por mí no sea!

miércoles, 30 de octubre de 2013

No le gustaban las cosas claras: si están revueltas, mejor. Mientras no duela claro, porque si duele ya no hay taquicardias felices. Y entonces hay que olvidarlo pronto, no vaya a ser que cale. Pero no le daba pena tener que dejar de soñar y secarlo.

Las historias con fecha de caducidad son muy frecuentes y él ya se sentía a gusto con los fracasos, los amorosos claro, porque equivocarse en las tablas de multiplicar, pues eso no tiene excusa. Sin embargo, en éstos siempre le puede echar la culpa al destino o a que las casualidades polares no encuentran cuál es su carga magnética o a que la suya ahora esta  ocupada-vete tú a saber si con otro- y no puede aparecer y que estos son sólo los anuncios o los aperitivos.
Además, mucho mejor. Porque visto lo visto no se estaba enamorando, iba ya por el treceavo defecto insoportable y estaba terminando de pintarle las uñas de los pies color gris.

Si ella se rajaba,  no tendría que preocuparse de decirle de quedar como amigos o follamigos ( no vaya a ser que esté un par de estaciones sin llover) o si borrarle del facebook o de si luego se arrepentía. Porque los arrepentimientos se los echa cada uno a su mochila y a veces con mochila, pues no puedes entrar en muchos sitios. Y en esto encontraba libertad y pulmones nuevos a la espera de aires tormentosos.A la espera sin esperar... más bien a puertas y ventanas abiertas, que no hay gato que se escape, ni peligro de robo.

Estaba guay, porque los hombros no le pesaban y las manos le bailaban con el viento
Y con el rabillo del ojo vigilaba, no se le fuera a escapar un segundo olímpico.

jueves, 4 de julio de 2013

7e

echo de menos.
A morir.
Y aquí si que hay puntos.
Y no son de sutura.
Son puntos y finales.
Aunque sangren.

jueves, 23 de mayo de 2013

El vaho


   Llevaba esperándola mucho tiempo... Mucho
Había soñado con ella miles de veces, casi desde que empezó a jugar con muñecas.
No tuvo suerte, tampoco supo buscarla. Se quedó al lado de ese impresentable que apenas la dejaba salir sola y se reía de su pelo fino y escaso, como si ella tuviera la culpa o pudiera hacer algo por remediarlo.

Dejó de hacer ruido al moverse y casi a la vez se le fue tostando la piel. Alrededor de los ojos sus arrugas cogieron forma de dunas, por un intento loco y desesperado de que de esa forma se pudieran absorber sus lágrimas.
Se comió sus risas espontáneas y aún así, él la tenia en el bolsillo derecho del pantalón. No se podía escapar, la había hecho tan pequeña que ya ni siquiera llegaba a agarrase de las costuras para ver que lucía fuera.

Al principio  no entendía como él podía ver la tele mientras ella lloraba la rabia y la pena contenida que se desbordaba por cada milímetro de ser. Ahora casi le aliviaba; era mejor que escucharlo con esa manera que tenía el de arroparla, que no era eso sino que la pisaba, la pisaba tanto que al meterla debajo de la alfombra ésta no subía de nivel

Estaba esperando  que un día la vena aorta de los sentimientos se le rompiera sin derramar gota alguna, no fuera a estropear algún mueble y lo tuviese que limpiar con un cepillo de dientes mientras le repetía lo imbécil que era, que ni siquiera sabia explotar por dentro bien.


Hace nueve meses y siete días que dejo de menguar y empezó a crecer. Y le brotó en el vientre una esperanza y unas ganas de vivir que nunca antes había tenido (o al menos ya recordaba).
A veces pensaba si sería justo traerla a su mundo, pero otras dudaba y ya no podía pensar, no tenía la certeza de que supiera pensar. El " cállate, tú que sabrás" le rebotaba entre los huesos del cráneo para desordenarle las ideas y agujerearle la poca fuerza que hubiera podido juntar.
Era un cambio en el que se aferraba, como las lapas, que es estúpido intentar separar, porque las intentas coger y resbalan, y ellas ahí, recibiendo toda la fuerza de las olas y ni se inmutan. Es por donde pudo escapar, más que escapar, esconderse.

Murió a los doce días, en el mismo hospital que la vió nacer. Se fue con mil te quieros en los oídos, con el calor de un abrazo tan profundo que este nunca se desprende. Se llevó la esperanza, la fuerza, la ilusión  y dos vidas que hubiesen crecido a la par. Ella perdió lo que aún no podía creer que iba a ganar.
Explotó por dentro.
Ni siquiera dejo vaho en el cristal, así que él no se dió cuenta.